Todo lo que había visto de David Cronnenberg hasta la fecha, que no es mucho (Existenz, Una Historia de Violencia y Promesas del Este), me había gustado. Así que ver una de sus películas más famosas parecía una buena idea. Y así fue. A pesar de tener un aroma ochentero que tira patrás, con esos peinados, ordenadores gigantes y cassettes, conseguí pasar eso por alto para descubrir una peli de ciencia-ficción entretenida. Además, de propina, tuve una escena final con violencia explicíta de las de antes.
Calificación: Pasable
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