Es una historia emotiva y dura a partes iguales. Una montaña rusa de emociones encontradas. Tan pronto te emocionas por un suceso amable, como te hundes al ver el desastre y las desgracias generadas por el tsunami. Está muy bien dirigida, sin dejar que los minutos pasen insustancialmente, donde cada escena tiene una gran carga emocional enfatizada por una buena banda sonora.
Desconocía que la película estuviera basada en una familia real, lo que te deja más sorprendido todavía. Tiene varios momentos lacrimógenos álgidos, que harán mella hasta en el espectador más frio. Si no te emocionas con esta peli, no tienes corazón.
Me gustó especialmente la escena final, donde la cámara se queda fija unos instantes en una preciosa imagen del mar en calma, y te preguntas como algo tan bonito (como de postal) puede transformarse en segundos en una pesadilla.
Calificación: Buena
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