Yo no soy muy fan de las comedias románticas, pero esta tiene el halo mágico que envuelve a las películas antiguas. La historia en sí es sencilla y casi típica, pero hay un elemento diferenciador claro: los diálogos intelegentes y graciosos, que unido a la elegancia del blanco y negro la convierten en un gran clásico.
Calificación: Simpática
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