El regreso de Chucky directamente a videoclub era una señal de que no se apostaba demasiado por este nuevo empujón a la saga. Y finalmente ha sido una decepción. No hay carisma, no hay bromas macabras, no hay casquería decente y el aspecto de Chuky es amorfo. En ocasiones hasta parece una muñeca. Han conseguido ultrajar a un mito del terror.
La gota que colma el vaso es el final sacado de la manga a toda prisa para intentar sorprender, con una explicación para nada válida y que no tiene sentido. Un fiasco.
Calificación: Se ha profanado un clásico
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