Sacha Baron Cohen es sinónimo de cerdismo en estado puro y a cada nueva entrega busca como provocar el vómito con mayor facilidad. Es su estilo de humor. Sorprendió con Borat, que no sólo era humor de este tipo, pero ahora se encasilla en esto que parece darle éxito. Ese humor puede cansar, y lo hace. Así que una dosis de vez en cuando y algunas cosas concretas te pueden hacer gracia, pero hay otras que mi madriña.......de enfermo. Si obviamos esos detalles, es una chorrada de peli que tiene gracietas que se hacen amenas. De las tonterías que hay, la que más me gustó fue el nombre que tienen sus hijos.
Calificación: Para gustos
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