Si hay alguna película que ha marcado mi juventud, es ésta. En su momento fue la caña. Efectos especiales flipantes y un equilibrio perfecto entre terror y comedia adolescente genial. Y ojito a las transformaciones del hombre lobo que siguen siendo muy potables. Evidentemente tiene fallos de guión y diálogos cutres y sobreactuados de los cuales te ríes, pero da igual. En eso también radica su encanto, y si le sumas unos personajes atemporales (el líder valiente, el zampabollos cagueta, el malote...) tienes el éxito asegurado.
El motivo de un nuevo visionado (aunque no hacen falta motivos) fue la visita de unos sobrinos ávidos de saber si el hombre lobo tenía pelotas o no. Así que me uní a la fiesta y la disfruté una vez más, como aquel niño inocente de hace muchos años que no sabía que su vida estaba a punto de cambiar gracias a esta gran obra maestra. Lástima que el director Fred Dekker no siguiera por esta senda.
Mención especial se merece el soldado Firmin por hacer esto realidad. Y es que me obsequió con un regalo prenavideño al hacerme entrega de este blu ray legendario de forma desinteresada. Gracias a él he podido acabar el año cinematográfico de la mejor manera posible.
Calificación: Rock until you drop
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