Tras otras pelis míticas de los Monty Python con las que me reí lo suyo, me lancé de cabeza cuando vi esta otra disponible en Netflix. Ni idea del argumento, sólo conocía su halo de clásico. La forma de narrar la historia en capítulos, te hace sentir que no estás en una película, sino en una consecución de sketches que te dan la sensación de falta de continuidad. Si a eso le sumamos que priman más las partes alucinógenas/absurdas que las puramente cómicas, pues te deja una sensación de no saber qué has visto. Aún así, alguna risa te echas.
Calificación: Me esperaba otra cosa
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