Roland Emmerich es un director de blockbusters bastante cumplidor que tiene en su haber buenas pelis. Aquí nos trae una historia de la Segunda Guerra Mundial que articula bastante bien cómo se produjeron los hechos que llevaron a esta batalla. Y lo hace, como no podía ser de otra manera, con grandes dosis acción, cuyas escenas copan la mayor parte de la cinta, así como el dramatismo propio de una cinta bélica pero sin entrar en depresiones.
Calificación: Disfrutable
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