Sólo con saber que el director era el mismo que el de Hard Candy o 30 Días de Oscuridad hizo que me metiera de lleno sin ver nada más, y la verdad es que no defraudó en absoluto. Lejos está de esas dos, pero si que conserva su cuidada puesta en escena y, al igual que con la peli de vampiros, un buen gore inesperado conciso y sin abusar. La trama en sí está bien, no es rompedora y se centra en un correr y chutar sin profundizar mucho más, pero con eso hace que se divertimento puro. Una historia de terror con vuelta de tuerca y buena dosis de violencia. ¿Qué más se puede pedir?
Calificación: Chula
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