John Woo ha sido un referente en cuanto a cine de acción violento y trepidante, por lo que su regreso siempre es digno de ver. Una historia sin diálogos (guiñito al silent del título) donde todo el peso recae en las imágenes de acción descarnada, cuyo comienzo alocado y sin sentido va cobrando significado mientras se desarrolla el drama durante los primos 45 minutos para luego arrancar nuevamente con un ciclo de violencia sin límite. No es espectacular pero cumple.
Calificación: Tiene un pase
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