Eli Roth nos ha dado más penas que alegrías, pero siempre esperas que resurja con algo nuevo. El tema gore y muertes brutas está garantizado y aquí no se corta un pelo, lo que es de agradecer, pero como va en medio de ese tono humorístico queda todo un poco descafeinado. Sin hablar de la trama totalmente plana de slasher matando sin ton ni son. Una historia en la que te quedas sólo para ver más casquería.
Calificación: Sangre y nada más
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