Todo lo que se dice de esta peli es muy cierto. Es lenta, con poco diálogo, con planos poco habituales y mucha imagen metafórica que obliga al espectador a pensar qué es lo que está sucediendo. En definitiva, poco convencional. Sali del cine en silencio, cansado y al mismo tiempo intentando asimilar qué es lo que había visto. Que no me había gustado lo tenía muy claro, pero quería entender que nos intentaba transmitir el director con todo esto.
Me parece muy bien que la plantee como una película fiolosófica (no en vano el director se graduó summa cum laude en Filosofía), con preguntas sobre la existencia, el origen de la vida, la muerte, el sufrimiento o la típica pregunta de por qué Dios permite que le pasen cosas malas a la gente buena. Sin embargo, todo ello se podía plantear de una manera igual de profunda pero más digerible, porque lo único que consigue es aburrir al espectador recreándose tanto. A pesar de todo, un día después seguía dándole vueltas.
Calificación: Tostonazo de los buenos
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