La Noche del Cazador


Todas las grandes películas nos dejan una imagen, una escena, una frase por la que son recordadas. La Noche del Cazador se recuerda por los tatuajes en los dedos del protagonista. Odio y Amor, o como él lo explica, el Bien y el Mal, en las manos de un predicador que no lleva precisamente la palabra de Dios consigo.

Evidentemente se ve "antigua" en algunos aspectos, pero tiene un par de escenas memorables que se ven engrandecidas por el enorme papel de Robert Mitchum y la atmósfera de maldad y tensión que proyecta.

Calificación: Digna de verse

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