Decir que es una película de terror da un poco de risa. Es la típica fiestuki de habituales estereotipos universitarios americanos (el deportista, el graciosete, el guapete, el estudiante responsable que se convierte en héroe, la buena y la malota) que acaba mal. Es muy previsible, cansina y con muertes cutres. Mucho ordenador y mucha escena forzada para el 3D.
Calificación: Para tirar por el retrete del que salió
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