Una vez más vuelvo a caer en la trampa y me dejo arrastrar por los reclamos baratos. Y es que soy fácil de convencer. Es leer Eli Roth y dejarme llevar por el reguero de sangre que se supone que voy a presenciar. Pues aquí no hay de eso. Bueno, tal vez sólo hacia al final, pero después de un rato largo de naderías torrantes y sin sentido. Vamos, que no merece la pena perder el tiempo.
Calificación: Salchichera
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