James Wan se ha convertido en el mejor director de cine de terror de los últimos años. .Soy fan total, pero no por ello dejar de ser muy cierto. Desde el principio ha mostrado buenas maneras, y un saber hacer diferente al resto. Con unas señas de identidad reconocibles y que todavía nos siguen sorprendiendo en cada película. Y eso es muy complicado, sobre todo en este género. La más flojilla sería Silencio desde el Mal pero sigue estando muy por encima de mucha morralla que hay por ahí.
En esta ocasión, la dos horas de duración no se hacen largas pero sí que tal vez se pierda un poco de la tensión que generan otras películas suyas. Aún así, los sustos nunca sabes con certeza cuándo llegarán y tiene un par de momentos que te llevarás para casa (la monja y el señor retorcido son para enmarcar). Creo que me dio más canguelillo el anterior expediente, pero este caso es muy recomendable de ver. Eso sí, acude al cine porque la experiencia en casa nunca será la misma.
La nota discordante me la dio los típicos adolescentes hormonados y pajilleros que hacían el subnormal hablando y riéndose. En definitiva, mal educados. Eso me desconcentró bastante de la peli. Con el paso de los minutos fui relajándome, pero esa gentuza merece una paliza a tiempo o unos padres responsables.
Calificación: Terror del bueno
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