Paul Verhoeven se caracteriza por meter siempre en sus películas violencia y sexo. y eso es algo que deja patente desde la primera escena en este caso. Además la violencia suele ser bruta, sin remilgos, al estilo de los 90. Además del mítico picahielos y el cruce de piernas por el que esta peli es recordada, es una historia que envejece muy bien ya que se trata de una buena historia de cine policíaco con suspense y giros constantes que te mantienen con la duda hasta el último fotograma.
Calificación: Buena
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