El hype era brutal, y eso que no quise ver ni tráiler, ni criticas ni nada. Simplemente sabía que iba de caníbales (o zombies) y que había cosechado premios y elogios a la par que garantizaba buenas salchichas debido a esa publicidad de desmayos, vómitos, etc... que generó. Increíblemente conseguí arrastrar a mi sufridora esposa porque esperaba una peli fuerte pero buena en el fondo. Una bala mal gastada, ya que me costará recuperarla para la causa. Y no lo digo por las escenas gore, sino porque la peli es una chufa, y eso que al salir del cine me debatía entre un meh y una cagarruta, Finalmente me decanté por suspenderla ya que al analizar friamente las diferentes escenas innecesariamente absurdas y asquerosillas que nos cuelan, la peli se queda vacía de contenido. Mi idea principal era salvarla (levemente) dejando eso a un lado, pero no puedo apartar algo que forma gran parte de la historia. Dudaba, creo yo, porque quería dejar esas escenas atrás, para ir directos a la siguiente sanguinolencia.
Una vez vista, empecé a leer críticas donde la ponían como obra maestra, perturbadora (yo diría cerda, pero eso vende menos), rompedora, etc.. y no salía de mi asombro. Algunos flipaos hablaban de una metáfora de la transición entre adolescencia y madurez, descubrimiento del propio cuerpo y una ristra de pajas mentales que le encantan a los modernetes progres. Sin embargo, me topé con una crítica con la que estoy prácticamente de acuerdo al 100% y que, tal vez, si la hubiese leído antes no hubiera acudido al cine. Nah, Para que engañarme, iría sobre aviso pero iría de todos modos.
Finalmente, centrémonos en la sangre. Si, hay bastante (¡¡sólo faltaría!!) y los momentos carne son gore pero.......no compensan. El final, cortante, algo inesperado, y lo único que realmente me dejó buenas sensaciones.
Calificación: Parese que come carne cruda (modo Michael Robinson)
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