31



Rob Zombie es un tipo peculiar que impactó con su primera peli de La Casa de los Mil Cadáveres ya que era algo diferente dentro del género. Su secuela (Los Renegados del Diablo) ya flojeó bastante más y con el reboot de Halloween hizo un trabajo muy decente, para llegar con The Lords of Salem y sólo regodearse en lo grotesco sin chicha. Lo más característico de su cine es el aspecto visual, la generación de una atmósfera de terror y, para que negarlo, las buena dosis de violencia. Así que esta 31 (que me ha costado encontrar) me atrajo por su aspecto visual, una vez más, y una premisa sencilla: payasos asesinos en un escenario de Battle Royale. Por lo que me esperaba un buen sanguinariamiento. No esperaba mucho más. Sin embargo, no hay nada que rascar. No hay terror, no hay potencia visual (salvo en un par de momentos con el payaso jefazo) y el viscerismo es escaso. Hay mucha sangre, sí, pero sólo salpica, nada explícito o brutal como cabría de esperar de este enfermo.


Calificación: Se ve, pero tampoco hay necesidad

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