Después del bombo que le dieron a Déjame Entrar, creo que inmerecido y más aún después de nominarla a los Oscar, el nuevo proyecto de su director no me atraía lo más mínimo. Pero una vez más el halo de terror que te deja el tráiler me puso de nuevo en la senda del hype. La cosa empieza suavecita, como cualquier otra, pero con escenitas a priori intrascendentes que van plantando semillitas, para llegar al momento donde la tensión empieza a subir escalones y la tensión empieza a recorrer tu cuerpo. Tan es así, que mi santa esposa abandonó nada más empezar el verdadero terror. La trama está guay, la tensión es perfecta, los rostros del mal son de lo más creepy y la violencia aparece en su justa medida para acongojar más. Además tiene dos momentos de broma que entran muy bien y que no te sacan de la peli. Es una de esas pelis inquietantes, que hace que te revuelvas en el sofá y no apartes la mirada hasta el final.
Calificación: Terror malrollero
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